GRACIAS A TODOS Y FELIZ VERANO

Parece mentira pero ya ha pasado.

TEMPUS FUGIT. Veo claramente el primer día de clase y las caras de los alumnos que intentan hacer tu radiografía mientras explicas los objetivos del curso y pum... de repente ya estamos a las puertas del verano. Verano, para la gran mayoría, bien merecido.



Simplemente quería aprovechar nuestro blog para despedirme de todos vosotros, ya que esta última semana no he podido hacerlo como quería con todos los grupos puesto que la Dirección propuso evaluaciones en el último momento.



Deciros que he disfrutado mucho hablando de nuestra lengua en términos literarios para intentar despertar en vuestras mentes algo parecido a la ilusión hacia la lectura, la literatura y sobre todo, defender el principio tan esencial de la creatividad porque siempre he creído que todos somos creativos y si no lo descubrimos por sí solos, es necesario que alguien nos dé la oportunidad. No sé si lo habré conseguido, pero lo he hecho desde la más profunda pasión por mi trabajo y por el enorme cariño que me habéis entregado.



Ha sido un placer.



Un abrazo muy fuerte a todos y cada uno de vosotros de todo corazón.



Rosa



ACLARACIÓN

LAS REFERENCIAS AL SIGLO XVIII y XIX APARECEN EN EL BLOG PARA LOS ALUMNOS DE 1º C de BACHILLERATO.

ROMANTICISMO

ROMANTICISMO

S.XVIII

S.XVIII

martes, 15 de febrero de 2011

REDACCIÓN 40 PALABRAS

A LA CENICIENTA LE GUSTAN MÁS LAS BOTAS

Sentada como de costumbre en el borde de su terraza, miraba como el viento aporreaba bruscamente los árboles, como cada una de las estrellas que aquella noche pintaban el cielo, alumbraba sus pies descalzos, ya morados del frío.
Se abrió la puerta y a su vez la ventana, y de entre las sombras, una mano tendida en su hombro, y otra en su mejilla, aparecía.
“Daría la vida por cada uno de los dedos que acarician mi rostro, ¿Cómo sería su mano de pequeña? Juguetona y traviesa, con tantas ganas de vivir y por rebeldía, fíjate tú, que le deparó la vida. Disfruto viéndola sonreír, es toda una celebridad verla contar chistes, son tan malos...”
- Hija, ya sé que no es momento ni tienes ganas, pero hazme el favor de recoger la habitación de una vez y dejar de apagar cigarritos en el suelo, me tienes harta.
- Mama, por favor, necesito tranquilidad. Me estresas.
- ¿Te ha llamado?
Y sentada allí encima delante suyo, giró la cabeza y apenada le explicó a sus ojos sus necesidades.
-Vale, ya me voy, baja cuando quieras y me lo explicas
Y acabada ya la desesperación habitual por el orden de su madre, salió de la habitación, dejando un gran eco en sus pasos.
“Una piedra en el camino me enseñó que mi destino era rodar y rodar, después me dijo un harriero que no hay que llegar primero pero que hay que saber llegar, nanana, ¿Cómo diantre era?, pero sigo siendo el rey. Con las pocas ganas que tengo de fiesta y no es capaz la cancioncita de salir de mi cabeza, él tampoco lo hace.
Qué tranquilidad, con que claridad se ve el cielo; tan lejano e inmenso, azul también como tus ojos, no se puede comparar, pero tampoco dejo de acordarme.
Silencio, con tu voz, mi silencio entretenías. Siempre tan atento escuchando cada una de mis locuras, siempre tan absurdas. Quería hacer un picnic en mitad de la acera. ¡Manda huevos! Y vas tú y me dices que es cutre; si en la sencillez está la exquisitez.
Manel lo era, era tan bueno jugando al ajedrez, siempre con el tablero encima, si supiera lo que mi madre lo echa en falta abriría los ojos y vendría de donde anduviese, ojalá pudiera, seriamos todos un poquito más felices.
Feliz, felicidad, feliz, feliz, ¿Qué me hace feliz? Soy tan complicada...
Cómo cuando pones mi mano en mi pierna y con ella sigues la música con los dedos, significaba tanto, lo echo de menos.
Siempre replicando que tengo y que no tengo que hacer en el colegio, de todo lo que me ha contado no me ha quedado nada claro el tema de la jarcha y mira que me lo explicó bien, pero me hace falta repetirlo en mi cabeza como 800 veces para enterarme.
¡Joder! ¿Dónde estará el cenicero? Siempre jugando al escondite. ¡Cuánto hace que no juego a eso!, bueno el otro día vi una paranoia de película, ¿Cómo se llamaba?

- Ainara, mañana tienes que venir a la fábrica a ayudarme.

¿Fábrica? ¡Fábula! ¡ Eso, se llamaba Fábula!

- Vaaaaaale- dijo Ainara dejando recaer la primera vocal como si la pereza se apoderara de su ser.- ¡Espera! ¡Espera! ¿Cómo? Mañana tengo cosas que hacer, tengo que hacer un trabajo de literatura.

“Bueno, eso de que tengo que hacer... ¿A quién quieres engañar?
No lo vas a hacer, pero debo hacerlo. Me va a poner celeste sino la Tejero, con lo que le gustan los partes virtuales. Qué no sé por qué se llamaran virtuales ni que esto fuese IES Ferrán Casamatrix, contrataría a una Celestina para esa mujer. En realidad no lo veo tan mal, esa señora lo único que quiere es que tengamos cultura que es lo que nos hace falta realmente”

- Ainara, llevo media hora llamándote ¡Estás en babia!
- Dime, pesada.
- ¿Quieres tomate o fuagrás en los macarrones? Mira las noticias y mira lo que le han hecho a una chica de tu edad el depravado ese.
- ¡Vaya aberración! – Se escuchó decir de fondo al intelectual de su novio.

“Con las pintas que lleva y la de cosas que sabe, ahora ya sé lo que significa, y faltaran unos tres segundos para que mi madre lo “alabe”.”

- Ya está la Wikipedia… -Bromeó su madre.

Antonio la pareja de su madre, suspiró, como incontables veces hace al día. Sentándose todos en la mesa a cenar, dispuestos a saborear la tele con un sabroso tomate.
Ainara, cansada ya de que marearan la perdiz con los canales, le cogió el mando a su madre y cambió de canal. Y en él, un documental sobre oratores.

“¿Oratores? ¿Esos no son los que se dividieron en un estamento eclesiástico dentro del sistema feudal?
Lo que se complicaba la sociedad medieval, ¡anda que me va a imponer aquel que le reza a la nada lo que debo y lo que no debo hacer!
La verdad es que nos quejamos pero en el siglo XXI se vive cojonudamente.
Al estado llano le hubiera llenado la casa de caramelos, pobrecitos…
Algo sospechoso el beneficio de comunidades judías en plena guerra. ¿Convivencia pacífica? ¡Claro!”

Interrumpiendo de golpe la concentración en la que veían juntas el “cuadrado anicotinado”, dijo el gran Cid Antonio.

- ¡Quién se haya comido el roquefort, tan jugoso y valioso, para mis tres metros de largo y mis dos de ancho, pagará las consecuencias!
Y al escuchar tan desesperada hambre, se oyeron de fondo unas carcajadas.
- ¡Antoñito! ¡Ven aquí cariño, ven!

“Buff… ya está poniendo morros de boquerón y los ojos, como una mariposa que huye de un campo sin color donde hay margaritas marchitas que no desprenden olor. ¡Por favor, que romántica me he puesto en un momento!

- A ver milagrines – Decía el prolífico de los quesos – No me vas a convencer. No, no, no. Bueno…

Y un portazo cerró la puerta. Y otro su corazón. Se estiró en la cama, cogió el teléfono y un peluche y dispuesta a llamar, el simpático vecino rapero con la música a tope, empezó a cantar, si así se le puede llamar.

- Tan sólo quiero hablar y que un porcentaje elevado me oiga, si no estás bañado en verde alguien te amenaza con una soga. A mí me sobra; valor, rencor, pero hoy en día tienes que promocionarte en una agencia o bien ponerte bigote y dar una conferencia. Piden clemencia y ellos tan sólo saben decir paciencia, cuánta inocencia.
Una pena, que un inmigrante venga en pateras y no haya otra manera. Después califican a un indigente como persona demente, muy inteligente...

“” ¡Qué pesao! No se cansará nunca, si él estuviese aquí conmigo le dolerían los oídos. Siempre oyendo música rara, pero no está nada mal. Gracias a ella hemos hecho muchos de los momentos todavía más especiales. Estábamos tan bien y de repente sin quererlo ni beberlo aparece el miedo a sentir. Yo, que no quiero hacer otra cosa que vivir lo que sea y a cualquier precio.
¿Habrá cobrado mi madre? Ese socio suyo es más estúpido…Menos mal que su hermano es simpático y está compensado. Zeus, me encanta su nombre, tiene fuerza.
Y la mía se me va por la boca cuando se cruza su nombre por delante, me deja totalmente endeble. Le llamaremos Naima, o eso teníamos pensado hacer…
Creo que no me he reído más en la vida que con él, cuando intentaba hacerse el duro e imitaba la voz carraspera después de unos carajillos. Luego me llama a mí gitana y él es un flamenco.
Sin embargo, es astuto, sabe cómo y cuándo debe hacerme reír, cuando necesito sus caricias, incluso cuando quiero cachondeo y se pone a llamarme “carahipopótamo”. Creo que no me daría tiempo a pestañear que ya me estaría pidiendo disculpas. Es tan… Creo que para la redacción que tengo que hacer de castellano en vez de hacer cuatro páginas haré un códice con mis propias manos describiendo cada recoveco de su cuerpo. Yo sería la primera trovadora femenina de la época y hallaría la manera de que abandonara todo y volviese a mi lado. Ahora frío y solitario sin él…”

Y pensando en él, dejó la televisión encendida, la muchacha cerró los ojos, abrazó fuertemente su peluche peludo y viajó al séptimo cielo.
Su perro acostado a su lado soñando, para variar, movía el hocico de arriba abajo olfateándolo todo, sonámbulo buscaba trufas por el campo o mejor dicho un trozo de salchichón que llevarse a la boca.

- Antonio – murmuró la madre de Ainara – dale el medicamento a los perros que están esperándolo.

Antonio refunfuñando se fue a la cocina y detrás de él ella. Abrió la nevera sacó del papel de aluminio, el jamón dulce, envolvió la pastilla y una mano por detrás abofeteó la maniobra.

- A Ver Antonio, observa que no te lo voy a repetir más veces. Cojo la pastilla, la parto y pongo su mitad correspondiente a cada parte.

- ¡Ainara!- aclamó su madre- ¡Súbete a los perros! ¿Ainara?

Viendo que la bella durmiente no contestaba, subió los perros con ella, le dio un beso en la mejilla, se la acarició y le susurró en el oído que le quería.
De fondo, en la televisión, la Cenicienta del siglo XXI, seguía buscando sus zapatos y Ainara en sus sueños mendigando el perdón de aquel que ya no le dirigía la palabra.
El sueño transcurría en una cueva y una chica joven, picaba y picaba, y aparecía un carbonero por detrás y le reprochaba que no lo hiciera bien. Y por más que ella se esforzara no conseguía llegar al fondo de la cueva, no conseguía encontrar la luz.
El carbonero, con gran soberbia, le aconsejó que debía de picar la pala con más fuerza. Ella, al escuchar esas palabras, se armó de valor y se puso de pie, como el militar que se honra al recibir una condecoración, alzó la vista, cogió la pala, e intentando demostrar que no hacía falta darle con más fuerza, sino en el punto exacto, tropezó con una roca, y el beligerante carbonero no dejó de reírse, y justo en ese momento, se desveló y lo primero que vio, fue el tapizado de la pared lila el que la hizo borrar ese sueño, que no había sido más que un pequeño pormenor en sus problemas personales.
La calumnia de que había puesto los cuernos a Christian hizo que en la consciencia de Ainara apareciesen de nuevo sus recuerdos.

“Recuerdo ese ramo de rosas que me regaló, bueno más recuerdo el falso ramo hecho con apios, lechugas y coliflores que me dio para reírse un poco más de mí… Ese fantástico día, aquel maravilloso parque, sus gritos diciendo que me amaba, cuando debía soltar toda su adrenalina en el dragon khan…
Le echo tanto de menos.”

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